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  • Seis formas en las que el sarampión puede afectar los ojos

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    Published Jan. 15, 2017

    El sarampión es una enfermedad infecciosa que puede dañar el frente o la parte posterior del ojo causando posiblemente pérdida de visión o ceguera.

    Aunque el sarampión apenas empieza a resurgir como una amenaza en los países desarrollados, la enfermedad ha sido por largo tiempo una de las principales causas de ceguera infantil en el mundo. Un estudio calcula que el sarampión causa hasta 60.000 casos de ceguera por año a nivel mundial. El acceso insuficiente a la vacunación contra el sarampión, y la desnutrición, suelen correlacionarse con tasas más altas de ceguera en los países más afectados.

    Este virus, extremadamente contagioso, sigue representando una plaga para los países de África Oriental y Asia, en donde la última gran epidemia afectó a 58.000 personas en Filipinas. A medida que van surgiendo nuevos casos de esta enfermedad en Europa y en los Estados Unidos (donde en una época la enfermedad se consideró erradicada), la Academia Americana de Oftalmología está informando tanto al público como a los clínicos – que pueden estar tratando pacientes con sarampión por primera vez – acerca de las distintas formas en las que el virus puede dañar los ojos y afectar la visión:

    1. Conjuntivitis: Ojos rojos y llorosos como resultado de la conjuntivitis son un síntoma presente prácticamente en todos los pacientes de sarampión. Este tipo de ojo rosa generalmente se desarrolla en las primeras etapas de la enfermedad y es el síntoma distintivo junto con fiebre, tos y flujo nasal, que suele presentarse antes de la erupción característica. Esta afección generalmente se resuelve sola a medida que la enfermedad sigue su curso.
    2. Queratitis: La queratitis es una infección de la córnea, la ventana del ojo. Comparada con la conjuntivitis, la queratitis presenta síntomas más severos y consecuencias mucho más peligrosas. Los síntomas incluyen dolor, enrojecimiento, lagrimación y sensibilidad a la luz. Puede haber sensación de cuerpo extraño como de partículas incrustadas en el ojo. La queratitis, que suele tratarse con gotas medicadas, puede causar visión borrosa transitoria, aunque, si lleva a la formación de cicatrices, la pérdida de la visión puede ser permanente.
    3. Cicatrización de la córnea: Las úlceras corneales son lesiones abiertas en la parte anterior del ojo que se pueden producir cuando esta parte del ojo se infecta, ya sea por el virus del sarampión o por una infección bacteriana que se desarrolla en forma secundaria al sarampión. Las úlceras pueden aparecer como puntos blancos en la parte anterior del ojo y, por lo general, se tratan con gotas tópicas antivirales o antibióticas. Cuando las úlceras sanan, pueden producir una cicatriz y dejar un tejido cicatricial opaco que inhibe la visión y produce ceguera.
    4. Retinopatía: Aunque es poco frecuente, hay casos documentados en los que el virus del sarampión destruye la retina, una capa de células en la parte posterior del ojo que convierte la energía de luz en impulsos eléctricos que van al cerebro. La retinitis puede producir pérdida transitoria y, en algunos casos, pérdida permanente de visión.
    5. Neuritis óptica: Esta inflamación afecta el nervio óptico que envía señales de la parte posterior del ojo al cerebro. Esta complicación es relativamente rara pero puede ocurrir en pacientes con sarampión que además desarrollan encefalitis, o inflamación del cerebro, aunque también se han visto casos sin encefalitis. Los casos agudos pueden tratarse con corticosteroides. Al igual que con la retinitis, la pérdida de visión por neuritis óptica puede ser temporal o permanente.
    6. Ceguera: El sarampión es una de las principales causas de ceguera infantil en los países en desarrollo en donde los programas de inmunización para esta enfermedad están menos establecidos y por lo general se ven interrumpidos por conflictos bélicos. Cuando esto se combina con la desnutrición, en especial con la deficiencia de vitamina A, el sarampión se asocia con cicatrices corneales por ulceración y queratitis, dos de las razones más probables de la ceguera producida por esta enfermedad eruptiva. También se ha visto ceguera debida a neuritis óptica.

    Prevención

    No hay un tratamiento antiviral específico para el sarampión, lo que hace que la vacunación sea la mejor forma de limitar la diseminación de esta enfermedad. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud, recomiendan la vacunación contra el sarampión (generalmente administrada en los Estados Unidos en una inyección que combina las vacunas de sarampión, papeas y rubeola, o la "triple" (o MMR, por su sigla en inglés) a niños de 1 año o mayores y a adultos que hayan nacido en 1957 o después, que no hayan sido inmunizados contra el sarampión. Para mayores detalles, visite www.cdc.gov/measles.

    Tratamiento con vitamina A

    Para niños con casos severos (incluyendo los que requieren hospitalización), la Organización Mundial de la Salud sugiere tratamientos con vitamina A, el día del diagnóstico y al día siguiente para evitar la pérdida de visión por complicaciones oculares:

    • 50.000 UI para bebés menores de 6 meses
    • 100.000 UI para bebés de 6 a 11 meses
    • 200.000 UI para niños de 12 meses o más

    Recursos:

    A comparative analysis of avoidable causes of childhood blindness in Malaysia with low income, middle income and high income countries, International Ophthalmology, March 2014

    Measles in the Philippines, CDC, Feb 2015

    Measles Blindness, Survey of Ophthalmology, 2004

    The Clinical Significance of Measles: A Review, Journal of Infectious Diseases, 2004

    Bilateral anterior optic neuritis in adult measles infection without encephalomyelitis, American Journal of Ophthalmology, 2002

    Measles Vaccine: WHO position paper, Weekly Epidemiological Record, 2009