Skip to main content
  • Estas son las razones por las que quienes tienen diabetes no deben dejar de asistir puntualmente a sus controles de oftalmología

    Escrito por Susanne Medeiros
    Published Jan. 02, 2019

    Si usted desarrolla retinopatía diabética proliferativa, una enfermedad ocular, producida por la diabetes, que puede llevar a la ceguera, los oftalmólogos pueden ofrecerle dos opciones de tratamiento: rayo láser o agujas.

    La retinopatía diabética proliferativa se produce cuando se desarrollan vasos sanguíneos nuevos anormales dentro del ojo, que llevan potencialmente a sangrado o desprendimiento de retina, y producen pérdida de visión. El objetivo del tratamiento es detener el desarrollo de estos nuevos vasos sanguíneos y evitar la pérdida de visión. Tradicionalmente, los oftalmólogos han utilizado un láser para hacer pequeñas quemaduras en la retina que reducen el calibre de estos vasos sanguíneos evitando que vuelvan a crecer.

    Hace poco, los oftalmólogos comenzaron a utilizar otro método – el de inyectar un medicamento directamente en el ojo. Este abordaje se conoce como terapia anti-VEGF y ayuda también a que los vasos sanguíneos dejen de crecer o de presentar escapes de sangre.

    Ambos métodos pueden controlar el desarrollo de los vasos sanguíneos y preservar la visión. Sin embargo, los investigadores están descubriendo que puede haber una diferencia importante entre estos tratamientos. Parece ser que quienes han sido tratados con inyecciones únicamente, necesitan ser tratados regularmente y tal vez de forma indefinida para mantener su visión. Esto significa que no deben dejar de asistir a sus controles periódicos. Los oftalmólogos sostienen que interrumpir el tratamiento podría resultar potencialmente en ceguera.

    El problema consiste en que muchos diabéticos no consultan al oftalmólogo con la debida regularidad. Eso sucede: se olvidan las citas, hay otros aspectos de salud aparentemente más importantes, también se presentan problemas financieros. Sin embargo, dejar de asistir a los controles puede ser devastador para la visión si su tratamiento consiste solo en inyecciones, en comparación con el tratamiento con láser, lo que normalmente controla de forma permanente la enfermedad.

    Dos estudios realizados por oftalmólogos en el Wills Eye Hospital y el Kellogg Eye Center de la Universidad de Michigan, hicieron una revisión de quienes no vuelven a consultar a su médico por cuatro a seis meses. De estos pacientes, los que reciben tratamiento con inyecciones tienen una pérdida de visión mucho mayor que los que reciben tratamiento con láser. Un estudio ha demostrado que casi la mitad de los pacientes que interrumpieron por mucho tiempo el tratamiento anti-VEGF sufrieron pérdidas de visión con frecuencia irreversibles.

    Según el Dr. Mark W. Johnson, profesor de oftalmología de la Universidad de Michigan “Es esencial que los pacientes entienda que los medicamentos anti-VEGF se eliminan del ojo en el término de uno o dos meses y en la mayoría de los casos su efecto no es duradero. Los pacientes que reciben esta forma de tratamiento para la retinopatía diabética proliferativa tienen que seguir recibiendo inyecciones de forma regular. De lo contrario, la enfermedad podría progresar con consecuencias que a veces llevan a la ceguera. Por el contrario, los efectos benéficos del tratamiento con láser debidamente aplicado tienen una duración permane, en la mayoría de los ojos”.